Esto es un recuerdo de cuando hace dos años estuvimos en Paris. Fué muy bonito porque despues de dos años conseguimos dejar a nuestro pequeño con las abuelas y pasamos unos dias estupendos. Era como cuando eramos solteros y recorrimos toda la ciudad bebiendonos todos los rincones de la ciudad luz . Fueron quizá los siete días más enloquecídos que habíamos pasado en años y los vivímos como si fueran los últimos de nuestra vida. Aquien vaya a Paris le recomiendo, el canal de San Martín por la tarde, cuando la gente joven se sienta a sus orillas y sacan viandas y vino o cerveza y meriendan a lo largo de todo el canal. La place des Vosgues, llena de gente y tenderetes de arte entre los soportales. La Rue Motorgueil, un remanso de paz en pleno centro. La rivera del Sena por la noche, bailes y canciones hasta la madrugada y los domingos pregunten por la ruta del patín, miles de patinadores que de doce a tres del mediodia recorren patinando el centro de la ciudad. Una gozada.
martes, septiembre 12, 2006
Esto es un recuerdo de cuando hace dos años estuvimos en Paris. Fué muy bonito porque despues de dos años conseguimos dejar a nuestro pequeño con las abuelas y pasamos unos dias estupendos. Era como cuando eramos solteros y recorrimos toda la ciudad bebiendonos todos los rincones de la ciudad luz . Fueron quizá los siete días más enloquecídos que habíamos pasado en años y los vivímos como si fueran los últimos de nuestra vida. Aquien vaya a Paris le recomiendo, el canal de San Martín por la tarde, cuando la gente joven se sienta a sus orillas y sacan viandas y vino o cerveza y meriendan a lo largo de todo el canal. La place des Vosgues, llena de gente y tenderetes de arte entre los soportales. La Rue Motorgueil, un remanso de paz en pleno centro. La rivera del Sena por la noche, bailes y canciones hasta la madrugada y los domingos pregunten por la ruta del patín, miles de patinadores que de doce a tres del mediodia recorren patinando el centro de la ciudad. Una gozada.


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