LOS JUEVES, PECADOS.
¿Cuántos pecaditos tienes? La retahíla del cura era la misma todos los jueves que era el día que en el colegio tocaba confesión. No era obligatoria pero para un niño poco amante de las clases significaba, si sabías ir cediendo la vez, un par de horas de ensimismado recreo en la penumbra de la capilla. Lo peor era inventase unos pecados que sin ser demasiado graves fueran aceptables, porque en realidad ¿en que podía pecar un crío de ocho años? siempre había por lo general alguna pelea con mis hermanos o un mal gesto hacia mi madre nada que pudiera escandalizar a aquel anciano cura. El hermano confesor, casi siempre el mismo, te ponía la mano en el hombro, te imponía la penitencia (casi siempre dos padrenuestros y tres avemarías) y con gesto serio te daba la absolución. Luego me arrodillaba en un banco, inclinaba la cabeza, y después de estar un tiempo prudencial pensando en las musarañas me santiguaba y salía al patio. Nunca le dije a nadie que en realidad nunca rezaba y que tampoco creía en todo aquello. Siempre llevé en secreto aquella pequeña infamia y ahora con los años, creo que en realidad esa fue mi autentica penitencia.
2 Comments:
Podría haber sido peor: podrías haberlo creído alguna vez. He de reconocer que con esa edad yo sí creía hasta un día que ... bueno, es una larga historia :-)
Salud!
Yo tambien creí en un tiempo. Pero mi perdida de fe fué tremendamente precoz. Figurate que hice la comunión con siete años y ya con anterioridad, un domingo le dije a mi padre que no queria ir a misa por que me aburria.
Todos tenemos una historia parecida.
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