A la sutil pero capciosa forma que tienen los publicitarios para incitarnos a consumir mas de lo normal (esas pastas de dientes sobresaliendo de los bordes del cepillo, esas cataratas de copos de cereal rebosando el tazón, esos cucharadones de cacao tal, recontracolmados, etc...) hoy debemos añadir otra aún mas sutil y sibilina para obligarnos a comprar sus productos en un espacio cada vez más corto.
Les explico; ayer compré una botella de champú infantil para mi hijo. Es una marca archí conocida que debe vender botellas como rosquillas. Me parece un buen producto, no lo niego pero mi sorpresa vino al abrir el tapón y observar el orificio de salida. Casualmente, como reciclo mis desechos aun tenía en el cesto la botella comprada un par de meses antes y pude compararlas. Misma marca, mismo tamaño, mismo producto pero con una sutil aunque sustanciosa diferencia, (a la foto del encabezado me remito)y así un montón de pequeños, sustanciosos detalles que a lo largo del año van mermando nuestra ya exigua cartera.
Seguiremos informando.
2 Comments:
Qué sinvergüenzas! Interesantísima la foto, y muy ilustrativa. saludos!
Me alegro de que te guste. Ya ves el morro que se gastan algunos.Seguiremos informando. Un saludo.
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