lunes, junio 04, 2007


CRIMEN EN GOOGLE EARTH

La mano le temblaba mientras dirigía el ratón hacia el icono de aumento de imagen, para tratar de distinguir más claramente aquello que no podía creer y que a todas luces parecía que tenía ante sus ojos.

Todo había comenzado como un juego. Escoger al azar un punto de un país determinado y sin mirar, comenzar a aproximar la imagen hasta el límite para ver donde le llevaba la casualidad.
El país escogido eran los Estados Unidos de Norte América ya que pensaba que el espacio era enorme y la definición de las imágenes más alta que en otros países.

Sus anteriores incursiones en este juego le habían llevado a unos campos circulares de trigo en un remoto lugar de Kansas, a una azotea de Bismarck, Dakota de Norte en la que alguien había pintado una enorme paloma azul o a un estadio con el césped a franjas rojas y blancas en una ciudad desconocida de Montana.

Esta vez había ido a caer en una gran ciudad del medio oeste, justo encima de un gran parque con grandes zonas boscosas y un río que lo cruzaba. Dirigió el cursor al icono de aumento y pulsó hasta que la imagen se aproximó tanto que se tornó completamente borrosa. Aguardó mientras los dígitos del tanto por ciento de la secuencia iban aumentando. 5%, 10%, 30%, 50%, se levantó de la butaca para ir a por un vaso de agua a la cocina y al regresar se sentó, dejo el vaso sobre la mesa y se inclinó sobre la pantalla para ver el resultado. Se sorprendió al ver que la nitidez de las imágenes era excelente. Se distinguían varias embarcaciones que surcaban el agua, edificaciones, bancos y hasta gente que circulaba en bicicleta. Fue recorriendo con el ratón las distintas zonas del parque hasta que llegó a una parte donde el arbolado era tan espeso que no dejaba ver los senderos que como finas cintas, se entrecruzaban en todas direcciones. Avanzó y avanzó pero la mancha verde parecía enorme y ya estaba a punto de retroceder con el cursor cuando lo vio. Era un claro en la espesura, una porción de un verde más claro con un camino que lo atravesaba y un vehiculo parado en el. Movió el ratón hacia la izquierda y pudo ver dos manchas oscuras y paralelas que destacaban sobre el verde de la hierba y a un lado de estas, de un tamaño ligeramente inferior, otra mancha alargada de color claro que a todas luces parecía un cuerpo envuelto en un sudario.

Tras un momento de desconcierto, se paró a recapacitar. No era posible. Su mente le estaba jugando una mala pasada. Había visto demasiadas series policíacas. Demasiados CSI y Casos Abiertos y ahora procesaba aquello como lo que seguramente no era. Se levantó, fue al aseo y se lavó la cara, bebió agua fresca y volvió al ordenador para ver de analizar aquello más fríamente. Pero aquello seguía pareciendo lo mismo que hacía un rato. Un enterramiento ilegal, fruto posiblemente de un crimen. Cogió papel y lápiz y anotó cuidadosamente las coordenadas y para mayor seguridad imprimió una copia de la imagen y denunció el hecho en comisaría donde los policías no sabían que pensar de aquel hombre que tenían delante pero no obstante dijeron que se harían cargo y ya le avisarían si la cosa daba algún resultado.

Efectivamente, dos semanas después le llamaron para comunicarle que la policía de aquella ciudad había detenido a un individuo por la inhumación ilegal de un gran danés de su propiedad y que fue multado por ello.
Definitivamente, veía demasiadas series policíacas.