BAQUET Y LAS SEMILLAS ESTRELLA
Publíco aquí el cuento "Baquet y las semillas estrella", escrito por mi hijo Alberto y ganador del IVconcurso de relato corto del A.M.P.A. del C.P. El Tossal 2015
2015,
la nave 188 viajaba por la galaxia “Sistema Frondoso” y cuando abrieron la escotilla de la basura,
un robot ingeniero y un robot médico cayeron al vacío y fueron a parar al
planeta Naquén.
El planeta Naquén estaba lleno de dodos
y ovejas que se alimentaban de zanahorias grandes como calabazas. También había
una planta gigante que tenía en su copa una materia sospechosa.
Los robots se estaban quedando sin
energía y el robot ingeniero utilizó el material de basura espacial que cayó
con ellos para hacer unos paneles solares y así vivir eternamente en Naquén.
Pero en Naquén sólo había animales y los robots se
sentían solos. Por eso comenzaron a construir más robots. En poco tiempo habían
hecho una colonia mayor que los alienígenas de su planeta de origen.
Hubo
un superterremoto, provocado por la presión del planeta, y grandes zonas de la
corteza de Naquén cogieron mucha energía y empezaron a flotar. En estas islas
flotantes seguían viviendo ovejas, dodos y zanahorias; y aparecieron rábanos
gigantes y enormes diamantes.
Tras
el terremoto, los robots descubrieron que la planta gigante estiraba sus ramas
hacia las islas flotantes llenas de energía. La planta absorbía la energía de las islas como una pajita y cada
vez aparecían más Semillas Estrella en su copa.
Los
robots cada vez necesitaban más energía y aprendieron a conseguirla de las Semillas
Estrella.
2108, la planta gigante llega más allá
de las islas, los robots han construido un teletransportador en la capa de
ozono para acumular las Semillas Estrella. Las semillas son teletransportadas a
un camión que las lleva al Ayuntamiento Blanco donde despedazan las semillas
para sacar su energía y repartirla por
todo el planeta en una onda sonora.
Poco a poco la planta gigante se estaba
pudriendo y los alcaldes, los primeros robots en pisar el planeta, decidieron
mandar a su mejor robot, Baquet, a buscar más Semillas Estrella.
Baquet pidió a los alcaldes un
teletransportador, para mandar las semillas que encontrara, y poder arreglar la
nave que se había estrellado en el 2017.
Baquet era un robot rojo, con su nombre
escrito en el pecho, tiene sólo la fila inferior de dientes y tanto sus dientes
como sus ojos brillaban como linternas.
Explorando el espacio, Baquet, encontró
la vía láctea y, en ella, Saturno. Baquet que pensó que los anillos de Saturno
eran como muchas islas flotantes y que tendrían mucha energía.
Baquet atravesó con su nave roja los
anillos de Saturno pero no podía llegar hasta el planeta. Tuvo que saltar desde
2000 metros
hasta el suelo y allí encontró otra planta gigante que también se estiraba
hacía las islas flotantes. La planta se desorientaba y fallaba los tiros de sus
raíces. Decidió guiarlas, se subió a las ramas y las guió
hacia las islas, las ramas se movían e intentaban tirarle como si fueran un
toro mecánico.
Consiguió llevar las ramas hasta una
isla muy grande, y mientras la planta repostaba en esa isla gigante flotante,
Baquet descubrió una nueva especie de animal, con dos cuernos, mucha mala uva y
un poco tonto porque no paraba de chocarse contra los cactus. Lo llamó “toro” y
era bastante agresivo y atacó a Baquet, pero consiguió escapar.
También encontró un diamante que medía
un metro de diámetro, mientras que los de su planeta medían medio metro. Una caja misteriosa que ponía “para Baquet”
le cayó encima de la cabeza y dentro había un jetpack.
Vio
que la planta había terminado de repostar y el tallo estaba muy alto y él
estaba cansado de tanto huir del toro.
Dio un brinco con el jetpack a su espalda y subió hasta la rama más alta
sin hacer ningún esfuerzo.
Ayudado
del jetpack conectó más ramas a islas más altas, más rápidamente. La planta
tenía que llegar a los 2000
metros para florecer, que se abriesen sus pétalos y que
saliesen sus Semillas Estrella.
Cuando la planta llegó a los 1999 metros un tallo
empujó a Baquet entre los asteroides de los anillos de Saturno. Flotaba en el
espacio sin gravedad. Consiguió frenar en un asteroide y descubrió una cosa muy
extraña, un robot oxidado que necesitaba urgentemente ayudas médicas y
mecánicas. No paraba de decir con voz ronca y débil: “¡El aceite está en la
ensalada! ¡El aceite está en la ensalada!” y Baquet no entendía que decía y le
preguntó: “¿Necesitas aceite de ensalada?” y el robot oxidado moviendo la
cabeza afirmativamente continuaba diciendo: “¡El aceite está en la ensalada!”. Decidió
llevar al robot a su nave para hacerle un repaso médico y vio que estaba
viviendo desde el año 1950.
La
planta ya había florecido y Baquet conectó el teletransportador y llamó al
planeta Naquén para avisar que iba a enviar por teletransportación muchas
Semillas Estrella.
Baquet y su nuevo amigo viajaron hacia
Naquén, allí les esperaban los dos alcaldes y toda la población de robots que
aplaudían a su héroe.
- ¡No hay
tiempo que perder! ¡Este robot necesita aceite de ensalada urgentemente!
El
alcalde médico le hizo un chequeo y vio que necesitaba aceite de ensalada.
- ¿Es
verdad? ¿Por qué? ¡Es un modelo muy antiguo de robot!
- ¡Parece
que es un cocinero robot! – Dijo el robot ingeniero.
El viejo robot se recuperó y se
convirtió en el mejor cocinero del planeta.
Las nuevas Semillas eran mucho más
energéticas y consiguieron que crecieran nuevas plantas. Naquén nunca más iba a
tener problemas de energía.
Hicieron
una gran fiesta con ensalada de tuercas y dulce de zanahoria. Fue un homenaje
al héroe más grande del mundo.
Cuando Baquet llegó a su casa vio a su
mascota, un cordero, saltando de alegría porque había llegado a casa.
Baquet
por fin pudo descansar y dijo: ¡Uf, menuda aventura!
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