lunes, noviembre 09, 2015

ESPAÑA, UNA PUTADA.


Me importa una higa que Lorenzo haya ganado el mundial de motociclismo. Un señor que confiesa que cotiza en Suiza, porque le sale más barato no me representa por mucho que se le llene la boca de España. Un señor como Rajoy, incapaz de negociar nada en cuatro años de mandato, que solo ha hecho lo que le han mandado desde Bruselas sin importarle si los españoles pasan hambre o frío o que trabajando diez horas al día, cobrando cuatro y no llegando ni a mediados de mes, mientras se le llena la boca de cifras, como al contable de un ultramarinos, no me representa. Un señor como Más, que lleva cuatro años desgobernando Cataluña, embarcado en un viaje hacía la nada mientras descuida sus principales obligaciones para con sus gobernados, si yo fuera catalán, no me representaría. Vivo en un país de gobernantes zafios y mediocres donde el tuerto es el rey. Un país donde las mujeres mueren asesinadas por los que debían amarlas y parece que a los políticos solo les preocupa que se reduzca el déficit y que los bancos, las petroleras y las eléctricas ganen cada día más. Donde se convierte en noticia que han llegado 19 refugiados de un total de 150.000. Y aun tienen la desvergüenza de venderlo como un éxito. Donde este invierno habrá gente que no podrá encender la calefacción mientras el gobierno castiga el autoconsumo de energía solar con multas de 6.000.000 si, seis millones de euros. Un país donde cada día más niños pasan hambre y una gran cadena despide a una trabajadora por regalar una merluza que se iba a tirar a la basura. Donde los corruptos no van a la cárcel y si van, salen a los dos días, con el botín a buen recaudo en paraísos fiscales. Un país de trapisondistas, trileros, mercachifles, desahogados, truhanes, barberillos, correveidiles y pan pringaos, que han convertido la política en una tómbola donde el más tonto hace relojes y el que más chifla es capador. ¿Y aun pretenden que sienta orgullo de ser español? Lo siento pero no. Así solo puedo sentir pena y rabia, mucha rabia y ganas de pedir asilo político en Finlandia.